Biden niega la acusación por abusos sexuales de una exempleada

Una antigua empleada del Senado le acusa de acorralarla contra la pared, levantarle la falda y agredirla sexualmente en 1993.

BEATRIZ NAVARRO|Foto DOMINICK REUTER / AFP | La Vanguardia|WASHINGON| Actualizado a 01/05/2020 18:18. “No son ciertas. Eso nunca ocurrió”, ha declarado esta mañana Joe Biden respecto a las acusaciones por abusos sexuales que le persiguen desde hace más de un mes cuando una exempleada de su oficina en el Senado denunció que el de facto candidato demócrata a la Casa Blanca la agredió sexualmente en 1997 en un pasillo del Capitolio. Hasta ahora, el ex número dos de Barack Obama había guardado un silencio sepulcral que había empezado a incomodar a sus aliados y su partido, atrapado entre su apoyo del movimiento Me Too de apoyo a las víctimas de apoyos sexuales y su defensa de Biden.

“Aunque los detalles de esas acusaciones de acoso y agresión sexual son complicados, hay dos cosas que no lo son. La primera, que las mujeres deben ser escuchadas, no silenciadas”, ha declarado Bidenen un comunicado, seguido inmediatamente de una entrevista en directo en la cadena MSNBC. “La segunda es que sus historias deben ser sometidas a una investigación y un escrutinio correctos”, ha recalcado el demócrata tras destacar su trayectoria de defensa de los derechos de las mujeres, que incluye su iniciativa de proponer al Congreso la aprobación de una ley contra la violencia doméstica de 1994.

Yamiche Alcindor 
✔@Yamiche
Former VP Joe Biden’s full statement out this morning on sexual assault allegations by former staffer Tara Reade: “ So I want to address allegations by a former staffer that I engaged in misconduct 27 years ago. They aren’t true. This never happened.” He’ll be on @Morning_Joe. 
1.853
6:43 – 1 may. 2020
Información y privacidad de Twitter Ads
 880 personas están hablando de esto
 
La denunciante es una exempleada llamada Tara Reade, que en los años 90 trabajó en la oficina de Biden en el Senado. Fue una de las mujeres que hace un año acusó al candidato demócrata de diferentes conductas que las hicieron sentirse incómodas, como besarles en la nuca o unir sus cabezas para rozar la nariz. Ninguna de ellas llegó a denunciar abusos sexuales, un dato al que la campaña de Biden ahora se aferra. En concreto, Reade contó que Biden acostumbraba a ponerle la mano en el hombro y recorrer su cuello con el dedo y aseguró que fue despedida por negarse a hacer de camarera. Hace un mes, volvió a hablar a diferentes medios de comunicación y ofreció una versión muy diferente del supuesto incidente.

En una fecha indeterminada de la primavera de 1993, Reade, responsable del equipo de becarios del senador, recibió el encargo de alcanzarle su bolsa del gimnasio en otro punto del Capitolio. Al encontrarse, de acuerdo con su relato, Biden la acorraló contra una pared, empezó a besarla y a manosearla bajo la blusa, hasta introducir su mano bajo su falta y penetrar su vagina con sus dedos. “Todo pasó muy rápido… Me estaba besando y me decía, muy bajito, ‘¿quieres ir a otro sitio?’”. Reade, que entonces tenía 29 años, cuenta que lo rechazó y se lo quitó de encima. “Venga, había oído que te gustaba…”, asegura que le dijo sorprendido el político.

Biden habla sobre las acusaciones de agresión sexual para la MSNBC (AP)
Presionado desde algunos sectores de su partido y la prensa estadounidense, Biden ha afrontado al fin estas acusaciones. El exvicepresidente ha destacado las “inconsistencias” en la historia de la mujer y ha reclamado que “medios de comunicación responsables” examinen las contradicciones de su historia, “que ha cambiado de forma reiterada tanto en sus pequeños como grandes elementos”.

Su propuesta para tratar de disipar las dudas sobre qué ocurrió realmente es que los Archivos Nacionales publiquen la supuesta queja presentada por la mujer, como esta asegura que hizo en su día, sin respuesta. El candidato asegura que nunca recibió ninguna reclamación y descarta que vayan a encontrar nada. La mujer, en cualquier caso, lo que ha contado que entonces denunció fue acoso, no una agresión sexual. No obtuvo respuesta, asegura. Poco después perdió su empleo y volvió a California, donde vive actualmente.

Biden se ha mantenido sin embargo absolutamente cerrado a la posibilidad de que se examine los documentos sobre su mandato en el Senado donados a la Universidad de Delaware y sellados hasta que transcurran dos años desde que abandone su vida pública. Asegura que entre esos papeles no hay nada referido a cuestiones de personal y sí transcripciones de documentos, reuniones y posiciones que podrían ser “sacadas de contexto” en su carrera hacia la Casa Blanca.

“No voy a cuestionar sus motivos. No sé porqué dice esto, porqué sale con esto después de 27 años. No lo entiendo pero no voy a cuestionarla. Pero sí tengo derecho a decir que se miren los hechos, que se verifiquen” sus acusaciones. Biden se ampara en las declaraciones de los antiguos miembros de su equipo, que han negado que Reade se quejada del supuesto “acoso”, como ella dice que hizo (entonces no habló de agresión sexual). “Ese no era el ambiente en mi oficina en absoluto”, ha insistido.

“No sugiero que las mujeres no deban hablar. Todas deben ser escuchadas y luego investigarse” lo que dicen”, ha argumentado Biden, intentando navegar entre sus pasadas posiciones en defensa de escuchar y creer a las mujeres que denuncian abusos sexuales y su caso particular, que expresó con vehemencia durante las audiencias al juez Brett Kavanaugh, acusado por una mujer de un intento de violación cuando ambos eran adolescentes.

Desde que surgieron las primeras acusaciones, varias personas ajenas al Senado han confirmado a diferentes medios que por aquella época Reade les habló con diferentes grados de detalle de un incidente con el senador (un hermano, una amiga y una vecina) y también se han aireado unas imágenes del famoso programa de televisión de Larry King en las que se oye a una mujer –que identifica como su madre—le pregunta qué podría hacer su hija para defenderse de los “problemas” que ha tenido con un “relevante senador” aparte de contarlo a la prensa, lo que no quería hacer contó.

Reade ha declarado a The Wall Street Journal que el año pasado, tras saber cómo otras mujeres decían haberse sentido incómodas por la conducta de Biden, pensaba haber contado su caso. “Pero me faltó coraje”, afirma. Fue al saber que su antiguo jefe iba a ser el candidato de los demócratas a la Casa Blanca cuando decidió sacar los hechos a la luz, asegura. También The New York Times, que habló con la mujer el año pasado y había mantenido contacto con ella, ha indagado en las acusaciones de Reade a la luz de sus últimas declaraciones y su conclusión de momento es que si bien su naturaleza exacta no puede confirmarse, tampoco hay nada que la descalifique completamente.

Aunque la larga lista de denuncias por acoso y agresión presentadas contra el presidente Donald Trump durante los últimos años hacen difícil que el republicano saque a colación el tema durante la campaña electoral, sus asesores y aliados ya lo están haciendo, tachando de hipócritas al Partido Demócrata y los medios progresistas por supuestamente proteger a Biden.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario